domingo, 16 de febrero de 2014

Me acostumbré a gritarle al vacío, a ahogar a mis demonios en tinta, a llorar cuando nadie miraba, a tapar la tristeza con sudaderas grandes, a absorber mis problemas con canciones como si de esponjas se tratasen. 

Y aún así, es mi propio pensamiento el que me reconcome por dentro, me quema y me hace (y hará) arder hasta que me interior se quede hecho cenizas. Y lo único que pueden hacer las cenizas es dejar que se las lleve el viento.

1 comentario:

  1. Bonita entrada. Yo también escondo mis sentimientos. A veces pienso que es la mejor manera de apartarme, pero no hay nada mejor que hablar con alguien para sentirte mejor.
    Besos desde http://laspalabrasinocentes.blogspot.com.es/

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