lunes, 9 de septiembre de 2013

Efímera felicidad.

Normalmente, lo bueno dura poco y lo malo se alarga. ¿Por qué? ¿Por  qué podemos llorar horas por lo mismo y cuando toca reír sólo son unos malditos minutos?
Te sientes en las nubes, sientes que todo te sale bien, piensas: "joder, soy feliz". Y entonces, vuelta a la realidad. Vuelta a los golpes bajos. Vuelta a las noches de llorar hasta dormir. Maldita realidad. Efímera felicidad.
En realidad, es cierto eso de que después de la tormenta sale el sol, pero nadie mencionó lo poco que puede tardar en volver a nublarse.